desde la cama una gata me hace guiños
burlándose de la poca decencia
que quise guardar en una frente
y en el costado izquierdo de mi espalda
en el fondo comprendo
y sí son más los huequitos
las ganas de llover
y un poco menos la felicidad
pero me he preparado para esta despedida
que se había prolongado
con tantas casualidades
que me harté de las esperas
como del insomnio por depresión
por lo que decido guardar lo necesario
no hacer silencio ni tanto duelo
y reírme de esa gata hijueputa
que como bien intuye
tiene más decencia que yo
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