lunes, 7 de agosto de 2023

obviamente...flamingos

Otro domingo aburrido
para perder el tiempo y el humor

y el único pronóstico de lluvia que hay

es en el rincón donde últimamente

me recluyo a jugar al escondite inglés 

con el monstruo de las soledades malditas


He aprendido a disimular nostalgias 

les doy café negro y motivos para no engordar

[aunque Pitágoras se cagaría de risa con mi teorema 

y hasta se limpiaría las nalgas con él]


Encontrar ojos en un cielo

que nunca está a mi favor

se ha vuelto común

como la colección de calzones 

Victoria's Secret

o de lunas y occidentes asimétricos

dispersándose en canon in d


Echar de menos 

siempre va a estar cabrón

y me hace decir malas palabras

¡puta madrefuck!

como si el asunto no fuera con/por vos


Podría ser peor, eso sí

mientras tanto,

voy a acomodar este dolorcito patético

y los complejos de hormiga

donde guardo la frustración de no ser flaca,

el último viaje a Rochester 

y todo lo que me ha hecho mierda

hasta que, finalmente, valga un carajo


domingo, 6 de agosto de 2023

A propósito de…

 ganas de cigarrillo y 3 de café

negro como las intenciones

que guardaba por vos

 

se sienten en la espalda los 40

en el dolor de pies y caderas

dos intentos fallidos de infinito

 

a mi edad y circunstancia

ya no estoy para esas mamadas

 sentimentales

pero has vuelto a suceder

-mejor que en aquellos tiempos

donde procuraba andamio disparejo

lo afable en las líneas de una sonrisa

lealtad a una sombra que aún arde

en la carne de mi centro

repartición inocua  de palabras

paisajes con dobladillo en las pupilas-

 

aunque no creo que seas recíproco

a este desequilibrio emocional

que insiste en huracanes

y ha despertado a una que otra

mariposa en el estómago con t-o-c

y, por supuesto, al duende sádico

de mis finales no felices

 

tal vez, sin percatarte,

sólo sos para instantes

que borran la soledad inmediata

una playa para minotauros

que quieren jugar a las escondidas

abrazos que hacen creer

que sí valdría la pena

quedarse un rato más

en esa estación necesaria,

si queremos engañarnos

y después a seguir como si nada

esperando un hola que se vuelve

distraído y esporádico

y a vos en un volcán distante

con propósitos paralelos

 

a mí el duelo se me da natural

especialmente, por lo que nunca fue

esta vez, sin embargo,

apreciaré la herida

para que se haga luz

en el centro de todos mis centros

lunes, 28 de noviembre de 2022

adiós, pinche hijo de puta

 

No me escondo del mundo

como por arte de magia

en sí, ya nadie me busca

a medianoche


 Las hormigas insisten en ser trapecistas

 

Es mi culpa este naufragio.

Lo admito;

creí que aún había brillo en esas pupilas,

aunque tu intención nunca fue salvarme

ni la mía que te quedaras

hecho isla en este desconcierto

 

Tengo elefantes en los dedos

obsesionados con tu boca

que no ha dejado de ser

la de los besos más ricos del mundo

 

los gatos desaparecieron

se instalaron en el tejado 101

con una constelación mejor que la mía.

 

Aprendo que no todos los lunes se parecen.

Son de extraño origen,

como la chica que ayer dormía en mi cama,

quien apostó por vos, causa perdida;

 

finalmente acepto

que ya no sos aquel amante azul de 34

y que ya es hora  de mandar a tu puto fantasma

y todo lo que tiene que ver con vos

de una vez y por todas a la chingada.

martes, 1 de noviembre de 2022

¡No creo en los signos, pero soy cáncer! (...puto infinito)

 

el cangrejo en mí

está haciendo de las suyas

volviendo a encender la estrella mala

la antagonista de esa grieta infinita

obviamente innecesaria

con sabor a aceitunas verdes;

 

contemplo el abismo:

huracán en el centro de la carne

desequilibrio en el andamio

sonrisa  distraída y tan común

anfitrión imprudente

nombre de duende maldito

cuerpo desnudo

brutalmente hermoso.

Pero este otoño no hace tanto frío;

 

reparo en la cordialidad también

que hay en el resto de los días

perversamente cotidianos

pero imprescindibles

y tan míos;


contemplo el abismo:

aureolas desinhibidas

neblina y cobre

hermosamente brutal.

Pero hoy decido estar quieta




lunes, 3 de octubre de 2022

Ojitos de olivo

 La Luz se fue con vos. 

Parte del infinito.

El único trozo de cielo a mi favor.


Octubre tiene un motivo más

para joderme el otoño;

es un espía tan ‘hijueputa’ 

que te ha llevado allá 

donde las almas rotas

no alcanzamos a ir.


La luz se fue con vos

y con ella, ojitos de olivo,

el amor más bonito y leal


viernes, 10 de junio de 2022

que es viernes y...



Nuevamente decido hablarle a mi terapeuta sobre mi gata. La jueputa (la gata, no el terapeuta) disfruta reírse a mis costillas. El terapeuta también. No me parece, pero las opciones tampoco.

También le comento sobre los 30 años previos a mis treinaiunos, que la única similitud que tenía con una media naranja era la redondez. De todas maneras, siempre preferí los tacos. ¿Y qué tienen que ver los tacos y una media naranja? Tampoco lo sé. Pero no solo eso se me complicaba. Aunque ya no me quejo. Celebro la diferencia. Las derrotas, sobretodo las de "novia" nunca escogida por babosos con quienes ya no me atrevería a salir (la mayoría casados en aquel entonces, obviamente, no era el impedimento).

Volvemos a la gata. Su esquina favorita. No le bailo a sus caprichos. ¡Y con lo mucho que me gusta bailar!

Al final concluimos que no tengo gata.

En realidad, tampoco terapeuta.


sábado, 13 de noviembre de 2021

Here I fucking go again…

 


 

con la menuda obsesión

de extrañarte cada puto noviembre,

repetir la misma mierda al escribir

(como Arjona, pero sin fama).

Todo un ritual de hormonas

rebelándose en contra

del amor propio y por el prójimo

que ni se entera 

del fantasma de visitas irregulares

puta nostalgia menguante

con una década de gordas raíces

una década queriéndote sola

(tu quererme fue tan corto y distraído

mas no imprescindible

como para querer deshacerme

de la tortuga sin aspiración

o intención de sacarle el dedo

a la liebre pendeja del cuento).

Me ha tocado aprender a caer de pie

como los gatos, a quienes soy alérgica;


Estoy procurando, besador favorito,

-lo más humanamente posible

con mentadas de madre a lo que sea

más cafeína de la necesaria y recomendada-

hacerme ver que valés un chingado

(porque lo valés, hermoso hijo de Fanni)

y parar de contemplar la puta idea

de convertirme, sólo por un jodido fin de semana,

en la esposa infiel más cachonda 

                        y feliz del mundo.

lunes, 25 de mayo de 2020

lunes y me aguanto...

Y he vuelto a extrañarte
con la intensidad de antaño:
esa que provoca hambre 
(pero no más desvelo)
y me he comido 2 panes de canela
¼ de taza de helado de moras
treintas sonrisas tristonas
y un cachimbo de malas palabras


Me pongo tu chamarra
que me queda como vestido;
tomo café con poca leche
y media cucharadita de azúcar.
Olvidé si te gusta el café.
Un tiempo atrás
quise hacerme amiga del té:
Me pareció aburrido


Volviendo a vos: he vuelto a extrañarte
y también a la luna escondida en tu boca
tejiendo telarañas en mi infinita redondez,
la adrenalina de hacerlo en la parte trasera del coche;
los besos en el tren
se volvieron acuarelas para un cuadro
que siempre guardará su propósito de viernes
intimidando al mal humor de estos años sin vos
trayendo de cuando en cuando cierta alegría
paz para una guerra que me inventé solita
para entretenerme en el otoño sobretodo
cuando hace un  frío de puta madre
y no hay luciérnagas o moscas acompañándome 
 a tomar café en la terraza y llenarles de insultos
disfrazarles las melancolías innecesarias
rellenarlas de coco o mermelada de bergamota
hermosamente crueles y viceversa

y todo por tu culpa, por tu granputísima culpa

porque te extraño hermoso cabrón. 

miércoles, 1 de enero de 2020

Inconformismo

Que quiero orbitar planetas
hasta ver uno vacío.
Que quiero irme a vivir,
pero que sea contigo.


Caifanes


Quisiera un cuadro con una luna menguante
al lado de “El descanso” de Picasso.
Un libro firmado por Bukowski. 
Una voz bonita. Tetas menos caídas.
Un boleto de avión anual a países olvidados,
con amantes más guapos que vos.
Piernas largas.¡Carajo, que no soy perfume!


Sé que debería ser más agradecida: 
finalmente, tuve un jardín de girasoles este verano. 
Pero, al igual que yo, tampoco resisten el frío. 


Mi piel se asoma a los cuarenta. 
Y  aún no he aprendido a definir las figuras de las nubes. 
Siempre creo que son payasos riéndose de mí,
de los huevos que me faltan para subirme a la montaña rusa,
no saber poner lunares en las mentiras,
ser la más aburrida en las fiestas de cumpleaños.
No haberme ganado el cielo
ni los besos o el amor del amor de mis doce.


Hace rato que no lloro al ver una peli triste;
han muerto gatos y gente. Pero no perros.
Le cambio el nombre a las cosas. Igual a los días.
Hoy sos un bosque chiquitico. 
Mañana volveré a soñar con vos.


En busca de un latte, he pasado por la casa
donde mis 21 se enamoraron de un treintacuatro.
Un Juan ingeniero. Mi Juan mexicano,
 un don juan sinvergüenza, 
de barba y nalgas bonitas, más alto que mis santos,
enamorado sólo de mis tetas. 
Que nunca me sopló un "te amo, chaparrita". 
De los primeros en la lista de "cabrones que no valieron la pena…
¡pero qué rico besaban!" 
En esa no estás vos, adoradísimo hijo de puta.
Sí, quererte dejó de valer la pena.  Hace rato que dejé de hacerlo.
Pero, a veces, (más de las que quisiera)
se me antoja volverme a empapar el alma con vos. 
Mil años y tres días, solamente. 
El resto ya lo tengo comprometido.

martes, 10 de diciembre de 2019

Hey dude...

Hey dude, sí, vos,
morenazo innombrable,
con la mirada más sensata, 
pero sólo antes de percatarse
de mis piernas.

Y mis piernas que no se resistieron
a tus manos.
Después fuimos bocas comiéndose
lo poco que sabíamos de cada quien.
Me dejaste olor a menta y cigarrillo,
regalándole mariposas a mi estómago
y otro nombre que añadir a la lista
de los amigos que se vuelven íntimos
en todo el sentido de la palabra.

Unos encuentros más y
me hubiese enamorado. Probablemente sola,
como suele ocurrirle a las chicas descompuestas.
Había dejado de creer en romanticismo,
pero, más tiempo pegada a tu espalda,
hubiese sido either mi salvación
u otra excusa que sumar a mis borracheras
(las últimas de ese año).

Te debo dos noches desaburridas,
respuestas a inquietudes psicológicas
(algunas tienen que ver con vos),
una amistad inusual que pocos entenderían,
un parecido a aquel hijo de puta
[uno de los amores de mi vida
que adoré más tiempo del debido].

Tal vez nunca le ponga tu nombre
a alguna de las constelaciones,
o al gato de los vecinos,
ni a este poema. Pero he pensado en vos,
en esas tus manos que lo empezaron todo,
compartiendo aquel cigarrillo,
viajando en tu motocicleta,
frenando a propósito para (a)pegarme más
a tu espalda.
Sos de esos duendes que escondo con esmero,
de los cuales no quiero deshacerme.
Que me hacen sonreír. 
De los pocos que han valido la pena.
A los que invitaría a un café
(recuerdo te gusta con leche y azúcar).
Y me regalaras un jardín de girasoles,
una infinidad de razones con tu color,
una luna de queso para el ratón
de mis juegos favoritos,
propósitos para aquellos amaneceres
perdidos en unos ojos tristes,
en el comienzo de unas pecas,
en el final de huelgas de hambre sin causa
de la adolescente rota
que nunca pude rescatar.

Y aunque terminé enamorada de otro
que me hace llorar sólo de purita alegría
(que, por fin, Dios se compadeció),
a veces, moreno guapo,
te echo de menos. 
Y quisiera meter mis manos pequeñas,
casi del tamaño de las de un chico de cuarto,
dentro de tu camisa (que acá hace frío),
comerme esas tus manos
como si fueran un mango.
Y los antojos de tus lunares. Los dedos de tus pies.
Morderte las nalgas y la nariz tan delicadamente 
que llegases a creer que digo que te quiero.
Y que vos, con tu acento de filósofo,
tu piel tostadita de sol
y cicatrices necesarias,
fueras recíproco a esta necedad
que tan sólo será parte 
de las fantasías secretas
de este corazón remendado
y tranquilo (excepto en noviembre),
contento de que hayas sucedido;
sumergidas en los orígenes de mis dedos
que siempre quieren lluvia,
interrumpiendo momentos menos sospechados.

Te quedarás ahí, aunque no lo pidas,
y serás una de las locuras favoritas 

y trascendentales de mis treintaiuno.