lunes, 25 de mayo de 2020

lunes y me aguanto...

Y he vuelto a extrañarte
con la intensidad de antaño:
esa que provoca hambre 
(pero no más desvelo)
y me he comido 2 panes de canela
¼ de taza de helado de moras
treintas sonrisas tristonas
y un cachimbo de malas palabras


Me pongo tu chamarra
que me queda como vestido;
tomo café con poca leche
y media cucharadita de azúcar.
Olvidé si te gusta el café.
Un tiempo atrás
quise hacerme amiga del té:
Me pareció aburrido


Volviendo a vos: he vuelto a extrañarte
y también a la luna escondida en tu boca
tejiendo telarañas en mi infinita redondez,
la adrenalina de hacerlo en la parte trasera del coche;
los besos en el tren
se volvieron acuarelas para un cuadro
que siempre guardará su propósito de viernes
intimidando al mal humor de estos años sin vos
trayendo de cuando en cuando cierta alegría
paz para una guerra que me inventé solita
para entretenerme en el otoño sobretodo
cuando hace un  frío de puta madre
y no hay luciérnagas o moscas acompañándome 
 a tomar café en la terraza y llenarles de insultos
disfrazarles las melancolías innecesarias
rellenarlas de coco o mermelada de bergamota
hermosamente crueles y viceversa

y todo por tu culpa, por tu granputísima culpa

porque te extraño hermoso cabrón. 

miércoles, 1 de enero de 2020

Inconformismo

Que quiero orbitar planetas
hasta ver uno vacío.
Que quiero irme a vivir,
pero que sea contigo.


Caifanes


Quisiera un cuadro con una luna menguante
al lado de “El descanso” de Picasso.
Un libro firmado por Bukowski. 
Una voz bonita. Tetas menos caídas.
Un boleto de avión anual a países olvidados,
con amantes más guapos que vos.
Piernas largas.¡Carajo, que no soy perfume!


Sé que debería ser más agradecida: 
finalmente, tuve un jardín de girasoles este verano. 
Pero, al igual que yo, tampoco resisten el frío. 


Mi piel se asoma a los cuarenta. 
Y  aún no he aprendido a definir las figuras de las nubes. 
Siempre creo que son payasos riéndose de mí,
de los huevos que me faltan para subirme a la montaña rusa,
no saber poner lunares en las mentiras,
ser la más aburrida en las fiestas de cumpleaños.
No haberme ganado el cielo
ni los besos o el amor del amor de mis doce.


Hace rato que no lloro al ver una peli triste;
han muerto gatos y gente. Pero no perros.
Le cambio el nombre a las cosas. Igual a los días.
Hoy sos un bosque chiquitico. 
Mañana volveré a soñar con vos.


En busca de un latte, he pasado por la casa
donde mis 21 se enamoraron de un treintacuatro.
Un Juan ingeniero. Mi Juan mexicano,
 un don juan sinvergüenza, 
de barba y nalgas bonitas, más alto que mis santos,
enamorado sólo de mis tetas. 
Que nunca me sopló un "te amo, chaparrita". 
De los primeros en la lista de "cabrones que no valieron la pena…
¡pero qué rico besaban!" 
En esa no estás vos, adoradísimo hijo de puta.
Sí, quererte dejó de valer la pena.  Hace rato que dejé de hacerlo.
Pero, a veces, (más de las que quisiera)
se me antoja volverme a empapar el alma con vos. 
Mil años y tres días, solamente. 
El resto ya lo tengo comprometido.