viernes, 10 de junio de 2022

que es viernes y...



Nuevamente decido hablarle a mi terapeuta sobre mi gata. La jueputa (la gata, no el terapeuta) disfruta reírse a mis costillas. El terapeuta también. No me parece, pero las opciones tampoco.

También le comento sobre los 30 años previos a mis treinaiunos, que la única similitud que tenía con una media naranja era la redondez. De todas maneras, siempre preferí los tacos. ¿Y qué tienen que ver los tacos y una media naranja? Tampoco lo sé. Pero no solo eso se me complicaba. Aunque ya no me quejo. Celebro la diferencia. Las derrotas, sobretodo las de "novia" nunca escogida por babosos con quienes ya no me atrevería a salir (la mayoría casados en aquel entonces, obviamente, no era el impedimento).

Volvemos a la gata. Su esquina favorita. No le bailo a sus caprichos. ¡Y con lo mucho que me gusta bailar!

Al final concluimos que no tengo gata.

En realidad, tampoco terapeuta.