viernes, 5 de diciembre de 2008

Poetas nicaragüenses


Yo He Sido Muy Ardiente- Ernesto Cardenal

Yo he sido muy ardiente.
La historia de mi vida ha sido una historia de amor.
¿De amor? ¡De soledad!
De soledad y amor.
De soledad.
Sexualmente
muy ardiente.

Y Nicaragua canta en mí-Angel Martínez Baigorri

Nada canta en nosotros sino lo que amamos.
Nada acaba de ser en nosotros sino lo que —del
modo que sea— cantamos.
Nada llega a hacérsenos canto, si antes —del
modo que sea— no nos ha amado.
Todo lo cual quiere decir que, si Nicaragua
canta en mí, cuando yo la canto,
Es que ella me amó como yo la amo.


¿Que cómo es Nicaragua?-Carlos Pérez Alonso

¿Que cómo es Nicaragua?
Nicaragua es
como el dibujo de un niño
con cerritos y lagunitas
y con pueblitos
y soldaditos y soldaditos
y soldaditos.


¿Qué sos Nicaragua?-Gioconda Belli

¿Qué sos
sino un triangulito de tierra
perdido en la mitad del mundo?

¿Qué sos
sino un vuelo de pájaros
guardabarrancos
cenzontles
colibríes?

¿Qué sos
sino un ruido de ríos
llevándose las piedras pulidas y brillantes
dejando pisadas de agua por los montes?
¿Qué sos
sino pechos de mujer hechos de tierra,
lisos, puntudos y amenazantes?

¿Qué sos
sino cantar de hojas en árboles gigantes
verdes, enmarańados y llenos de palomas?

¿Qué sos?sino dolor y polvo y gritos en la tarde,
-"gritos de mujeres, como de parto"-?

¿Qué sos
sino puño crispado y bala en boca?

¿Qué sos, Nicaragua
para dolerme tanto?

4 comentarios:

Cris Cam dijo...

Vamos con este vejestorio, largamente conocido:




La puta de Cardenal

Y hablaron de la puta,
Le asignaron un indicio fundamental.
Un puesto en el margen de las reglas.
Figura en todos los diccionarios
jeroglíficos, ideográficos o alfabéticos.
Bien denotado,
para restar connotaciones.

Es que, de por sí,
puta,
contamina toda lexia.

Confunde los campos sementicos.
Los desiertos de labios.
Las sabanas de guasca.

Pero, puta, ¿por qué?

Claro,
aún recuerdo mis tiempos
en que veneraba el manto azul de María,
por no haber libado
olido
gustado
el acre y dulce
gusto de una concha.

Tiempos,
claro,
en que solía irme al baño
para alivarme de una
flatulenxcsiaaahhh.

Que ignoraba
el (fingido) gesto de dolor
de un esfínter
de ninfa penetrado.

Que no sabía
porque recórcholis
se reían a mis espaldas.

Pero la puta,
claro.

La puta tuvo,
alguna vez;
cálculo matemático puro,
esperanzas blancas,
pastito de reyes,
zapatitos de cristal,
un poster pegado en la pared.

Un rato antes,
creo
que esa botella de cerveza
que el gordo rancio
amenaza con meterle en la vagina.

Incluso él,
sucio como el Riachuelo,
le dice,
“Ppputttta".

Ella,
cosas del oficio,
le sonríe y en un juego muscular
de aducción y abducción,
le sopla un pedo de vagina,
inundando el pringoso local
de tibio estrógeno,
sólo para que el alcohol
no le haga olvidar
a que había venido.

Brusca deducción.

Decirle, puta. ¿Por qué?

Tan sencillo.
Me lo enseñaron
junto con el himno.

Porque hace,
esas cosas,
por dinero.

Fue allí,
unas 14 veredas antes de este ahora-ya,
que descubrí la razón de mis hemorroides.

Yo también me dejo romper el culo,
todos los santos días (amén) por plata.

Por unos sucios rostros,
bajo la cabeza
y esbozo una sonrisa
cuando me siento
sobre la dura sija
que el patrón
me tiene asignada
en la pocilgina.

No sólo eso.
No,
solo,
eso.

Yo,
he permitido la prostitución de mi hija.
He dejado que mi hija venda su cuerpo,
eufemizado como fuerza laboral,
a cambio de unas monedas.

Para que coma,
se bañe,
tome el colectivo
espero que hacer el amor
(porque las hijas no cogen,
hacen el amor)
y esté otra vez,
mañana,
pasado,
el lunes,
el martes
conformando el futuro,
de quien se queda
con el sudor de su frente.

Es cierto,
¿puedo decirlo en mi juicio de descargo?
Yo no le regalé
"El origen de la riqueza de las naciones".

Yo sólo le di origen.
Pero no luché lo suficiente.

No hace falta estallar una cabina contra las ventanas del City.
Dejar el pecho asmático,
cansado y perforado
en una selva boliviana.
Ni tener un gran sueño.

De todas maneras te volarán
los zapatos, el pecho y la cabeza.

Pero la puta me sonríe
y hoy estoy muy caliente.

Le voy a dejar unos ped/sos
que gané con mi tortura de artritis,
mi cristalino esclerosado
y mi culo roto.

Y es inútil.
Ya es muy tarde

Haré mucho menos que Cardenal.
Escribiré un poema,

por el cual no iré preso.



2005

Luisa Arellano dijo...

Y qué calladito te lo tenías ¿he, poeta nicaragüense?

Ori, si me das permiso vendré de vez en cuando para "cotillear" lo que escondes en los armarios, que por lo mal que se cierran las puertas deben estar repletos de cosas buenas.

Me ha dado mucha alegría encontarte.

Un abrazo de Gaviota, munieca :)

Orietta Delmar dijo...

Dani...

sí, me acuerdo del poema/
leí varias cositas de'ste senior y le cuento que me gusta mucho más que Darío

gracias por pasar

Orietta Delmar dijo...

Gaviota...

no tenés que pedir permiso/podés venir cuantas veces quieras

¡gracias y salúos, munieca!