Llueve martes y yo también
hay un alex en mi vida que pronto se irá
y sí, estoy para dramas sentimentalismo
y nomedejes
[que decir adiós siempre va a estar cabrón]
vuelvo a comprobar que el amor
no es paratodalavida
que este amor no iba a ser
paratodalavida
vuelvo a ser redundante
vuelvo a fingir que estoy bien
y a encerrarme para llorar
salir y volver a fingir
mucho tiempo feliz con un alex
al cual le hacía café
y preparaba desayuno
uno que otro fin de semana
mucho tiempo feliz con un flaco narizón
y malhumorado
que llegué a olvidar
que no iba a ser paratodalavida
2 comentarios:
Casi siempre solemos llover en cada adiós.
Certeros versos.
Saludos...
joer...
que lo que dicen de la costumbre es la mera verdad.
gracias por pasar, on jorge!
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